delicadeza

Warszawa, 2008.

En más de una ocasión hacemos cosas sin darnos cuenta porque forman parte de nuestros usos y costumbres. Pocas veces nos planteamos qué es lo que estamos haciendo, por qué o en quién puede eso influir. Los españoles tenemos una gran facilidad comunicativa. Sobre todo cuando de los temas personales se trata. En los últimos meses he tenido la ocasión de discutir con algunos alumnos de algo relacionado con esto, los límites de lo público y lo privado en las conversaciones que mantenemos cuando no estamos solos.

Mientras esperaba el avión para ir/venir a España, por casualidad acabé sentándome en la sala de espera junto a un grupo de jubiladas granadinas. A continuación os trancribo literalmente lo que entró por mis oidos sin yo quererlo. SeñorA:”…… pues nosotros haciamos la marchatrás pero eso era mu peligrosos…” SeñoraB:”… sí funcionaba era porque Dioh lo quería. Mira a nosotros cuando nos vino la última sin esperarlo. Y es que ya lo decía el médico, que tuvieramos cuidado que antes de llover siempre chispea….” SeñorA: “Chispea no. Chisporrotea”

Ahí queda eso.

—-

Nosense to translate it.


Sobre esta entrada