Visła

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Visła, 2009

Parece que la portabilidad de una cámara se convierte cada vez más en una cuestión primordial. Primero por comodidad, segundo por discreción. Igual es la edad, pero es que consigo hacer lo que quiero, que no es cualquier cosa posible ni mucho menos, con camaritas que me caben en el bolsillo. Y eso para el día a día es muy importante. No me duele la espalda, voy más cómodo y me siento más libre para hacer lo que quiero. Y en este punto parece que anuncio compresas. En serio, me encanta trabajar olvidándome de la cámara, salvo por algunas limitaciones que me impone, y todo fluye.


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