sin aliento

Natasha. S. Petersburgo, 2010

Hace unas horas que he terminado el taller deGuillaume Herbaut al que he asistido desde el lunes. El tallere se ha desarrollado dentro del marco de unas jornadas internacionales sobre el nuevo lenguaje del fotoperiodismmo. De internacionales había poco, de fotoperiodismo algo. Aunque me da lo mismo.

Lo que me interesaba era trabajar con Guillaume Herbaut, aunque tenía miedo de encontrarme con un tío pasota y supercool. La realidad ha sido otra. Un gran tío, muy inteligente, genial comunicador y bien honesto. Nunca he visto a nadie trabajar con tanta energía, empeño y ganas de sacar lo mejor de cada uno. Dentro de la labor docente uno de los aspeectos más difíciles es llevar a alguien hasta donde pueda llegar y no hasta donde el profesor quiere que llegue. Sin formación pedagogica alguna él lo ha conseguido.

En resumen, para mi, una semana de muchísima fotografía, de andar como un loco la ciudad (he gastado la suela de las zapatillas, y me ha explotado un dedo del pié -mamá no te preocupes que no es nada ) y de dormir muy muy poco. Decía hoy yo que cuando estoy haciendo un trabajo no decaigo por pensar mucho positivo, o negativo, sólo doy todo lo que puedo hasta que no me quedan energías. Guillaume ha contado que cuando vuelve de algún trabajo el indicador de que lo ha hecho bien es que está reventadísimo y su fixer enfermo. Se ve que hemos ido por el buen camino entonces.

Ha sido una experiencia de lo más positivo que he vivido nunca. Si me parece interesante el trabajo que tiene como fotógrafo, sus cualidades como conferenciante me dejaron encantado, para su trabajo como tutor no tengo palabras.

Y la verdad es que con ver el trabajo que hemos hecho