Día 5 Moderówka-Polany
Moderówka, 2008
Este día empieza pronto con un superdesayuno de bufet en el hotel después de una noche tranquila y larga, lo que quiere decir que empiezo descansado y con fuerza. Recojo rápido los trastos, y a dar pedales.
Cerca de Tarnowiec, 2008
Hago no más de un par de kilómetros por una carretera muy concurrida para desviarme hacia otra mucho menos transitada y por la que disfruto de suficiente tranquilidad como para deleitarme con los paisajes, la contemplación de las distintas actividades en las que los locales se dedican al campo y los subeybajas que se convierten en la diversión del día.
Gorzyce, 2008
Me sigue sorprendiendo, y parece que no escarmiento, el hecho de que los ingenieros (?) que diseñaron estas carreteras lograron trazarlas siguiendo la pendiente máxima posible en cada caso. En Polonia hay pocas montañas comparado con España, pero tienen garantizado un buen kilometraje con rampas de desniveles superiores al 12%
Kąty, 2008
Más y más se hace patente la lejanía de grandes núcleos urbanos con un cambio en la actitud de la gente, que en caso de contacto, lo que básicamente supone que si me bajo de la bici y pregunto, es cada vez más amable.
Kotań, 2008
Paso de parque natural en parque natural y en el último que atravieso casi me quedo. ¡Vaya rampas! Me adelantan un par de camiones a duras penas y en lo más alto me encuentro con un ciclista que pese a no llevar carga ha subido mucho más apurado que yo y me dice que menos mal que él vuelve hoy a casa. Yo aprovecho la parada para desayunarme un par de bocatas de queso y otro de fuagrás.
Kotań, 2008
Todavía estando dentro del parque, impresionante por la densidad de la vegetación, encuentro una placa que recuerda a los 1250 judíos que fueron asesinados por los nazis en la parte alta del parque en 17 de julio de 1942. Después de esto y tras tanto subir toca bajar. Son varios kilómetros a toda velocidad hasta alcanzar Krempna.
Krempna, 2008
La iglesia de madera que están reconstruyendo, y el saludo de un par de mochileros me sirven casi de despedida para la tranquila y desnivelada jornada de hoy. Solo me falta encontrar en el siguiente pueblo, a tan solo unos kilómetros siguiendo el curso del río, el hostal en el que voy a pasar la noche. Por supuesto al llegar al pueblo el sitio en el que se suponía que iba a pasar la noche no existe y nadie tiene claro dónde puede haber un sitio en el que pasar la noche.
Polany, 2008
Voy a parar a la tienda de la cerveza, donde no tenían ni cocacola en el frigo y me dicen que tal vez en el pueblo siguiente, que está a unos 15 km atravesando todas las montañas, o no sabe dónde…. aunque tal vez después del puente de madera, en la vieja escuela, puedan saber algo. Salgo a buscar el puente de madera y cuando por fin encuentro el puente de madera, y la escuela escondida detrás de los árboles resulta que llevan poco tiempo funcionando con la escuela a modo de alojamiento rural y que no saben si está reservado, pero que en caso de no haber sitio libre que puedo acampar sin problemas al lado de la cabra. Y esto último es verdad. Lo de no saber si está o no reservado todo es porque en el sitio no hay cobertura de móvil ni teléfono fijo, todavía, y las reservas las gestiona una chica que viene a hacer las veces de centralita para una red local de alojamientos rurales. Esperamos porque la chica-centralita está al llegar, y al poco tiempo así lo hace. La habitación está libre y esta noche, por precio ridículo tengo una cama con capacidad para varias personas, cena y mañana desayuno. Con una amabilidad y simpatías increíbles y una cabra, cabrón en realidad, dando vueltas enfrente de mi ventana acabo la jornada.
Polany, 2008
Total del día: 53 km en 3:37 h de bici